Comer carne y beber sangre
Lectura:6:53-59
En el capítulo 6 del Evangelio de Juan, Jesús dice, "Si no coméis la carne del hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6:53). ¿eso sería algún tipo de canibalismo o vampirismo? De ninguna manera. Todo el contexto es acerca de cómo Dios alimentó a los israelitas por 40 años en el desierto, después de liberar de la esclavitud en Egipto.
Aun en Egipto ellos celebraron la primera Pascua sacrificando un cordero y comiendo su carne asada en el fuego. La palabra "Pascua” significa "pasar por encima". Y fue lo que Dios hizo, al “pasar por encima" o excluir de la plaga de muerte de los primogénitos aquellos que comían la carne del cordero dentro de las casas con la marca de sangre en el marco de la puerta. Aquel cordero muerto era una figura de Cristo sacrificado por nosotros.
En los versículos 47 y 48 de este Evangelio Jesús dijo que era el pan de vida y quien creyese en él tendría vida eterna. Ahora en el versículo 54 él dice que tiene la vida eterna quien comiere su carne y bebiere su sangre. En ambos casos el lenguaje es figurado. Comer su carne y beber su sangre para recibir la vida eterna es lo mismo que creer en el pan que descendió del cielo. Recuerde que, en otras ocasiones, él dijo y la puerta y la vid.
Es necesario alimentarse de Cristo para tener vida eterna, de la misma manera como usted come su pan común para tener vida natural. Comer su carne y beber su sangre no es participar de un ritual mágico de transubstanciación del cuerpo y la sangre de Jesús en el pan y el vino. Nadie tiene el poder de repetir el sacrificio de Jesús y transmutar su cuerpo incorruptible en materia corruptible. Esto sería negar la inmutabilidad de la resurrección. El cristianismo no es un ritual pagano de magia y transmutación, y el cristiano no es un vampiro antropófago.
Si hubieras participado de la última cena y alguien preguntase dónde estaba Jesús, ¿qué responderías? ¿Qué él se transformó en pan y vino? No, apuntarías para el hombre de tu lado. Sin embargo, esa noche, él afirmó: "Esto es mi cuerpo" y "Esto es mi sangre" (Mt 26: 26-28). Obviamente entenderías que hablaba en lenguaje figurado.
En la ley de Dios había prohibido al hombre beber sangre, pues eso significaba obtener vida. Cualquier nativo antropófago entendería el simbolismo de eso: él come la carne y bebe la sangre del enemigo por que cree que recibirá su vida y coraje. El sentido de la prohibición era el mismo de la espada colocada en la entrada del Edén: evitar que el hombre coma del árbol de la vida y obtenga vida en su estado de pecador arruinado.
Pero ahora, habiendo sido resuelto la cuestión del pecado en la Cruz, la vida eterna puede ser recibida comiendo la carne y bebiendo la sangre de Jesús, es decir, alimentándose de su muerte y los beneficios que ella nos trae. Si Él hubiese vivido aquí sólo como un ejemplo a seguir, no habría ninguna salvación para nosotros. Fue sólo porque él murió que podemos tener vida. Comer su carne y beber su sangre es tomar para ti todo el valor de su muerte para poder vivir eternamente. En los próximos 3 minutos muchos de sus discípulos muestran estar escandalizados.
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